martes, 19 de julio de 2011

Vampire Dreams: Cap 2.


Neh pues dejo otro trozo de la historia <33UU no sé si lo habrá leído alguien ówò... En tal caso, espero que lean este h-he... Ya veré si sigo subiendo más trocitos de la historia esta, si alguien lo lee, espero que le guste <3.
También dejo un trozo del cap anterior, para refrescar la memoria:

"-Señorito, por favor, pase por aquí, no está en condiciones de presentarse así, vaya al baño y cámbiese de ropa, ya está todo listo –con una sonrisa le condujo al baño, él le correspondió con otra sonrisa, era la primera vez que alguien era amable con él, siguió sus indicaciones y se metió en el baño.

-No te dije que fueses amable con él, solo que le hablases –dijo la dueña de la casa con seriedad."
 
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-No soy vuestro criado señora mía –dijo con un deje de ironía- ¿Ha considerado usted que podría ser demasiado severa? Si usted prefiere no conteste, solo era una mera sugerencia –el chico rubio y alto también se fue, dejándola plantada con una mirada de desprecio.

Mientras en el baño, el joven moreno se desvistió y metió en la bañera, la habitación estaba a oscuras pero se podía saber que era un cuarto grande, la bañera también era de grandes dimensiones, con el grifo de oro, el resto de un blanco reluciente, también había un espejo con varios adornos en bronce. Mientras era cubierto por el agua tibia no dejaba de mirar a su alrededor, solo esa habitación era más grande que su celda. Se sumergió en el agua para intentar no llorar, todo lo que había pasado, sentía una gran injusticia de que en catorce años solo le hubiesen sonreído una vez. Pacientemente se lavó el pelo, empezando a encontrarse mejor, tanta luz le había mareado, era algo que siempre le pasaba, cuanta más luz peor se encontraba, cuando se encontró mejor y terminó de lavarse, cogió las toallas y nada más salir del cuarto del baño ya había otro criado para secarle el pelo, ¿de dónde salían? ¿Y por qué todos eran mucho más altos que él? Se le hacía extraño que le prestasen tanta atención, el criado después de secarle el pelo y cepillárselo le condujo a la habitación donde ya estaba doblada la ropa, encima de la cama, nuevamente todo era enorme, resoplaba mientras miraba de nuevo a su al redor, todo tenía tantos detalles, y una decoración tan lujosa, le daba envidia todo aquello, mientras él había pasado con la ropa escasa y muy vieja, la comparaba con la camisa beis que tenía entre sus manos, con unos pliegues abajo, al lado había un chaleco rojo, que iban conjuntados con unos pantalones negros oscuros y unas botas negras, no entendía por qué tendría que vestirse tan bien, al darse cuenta del tiempo en que se había demorado, se vistió rápidamente y salió, los criados nuevamente le indicaron a dónde tenía que ir, esa familia, bueno su familia tenía que tener mucho dinero, se paró delante de una puerta, pero cuando fue a entrar escuchó unos gritos y permaneció en la puerta sin saber qué hacer.

-EXCESO DE INSOLENCIA ES LO QUE VOS TIENE –gritó la misma mujer, notándose la furia en cada palabra.

-Vos lo llama insolencia, yo lo llamo realidad, señora mía, usted tendrá mucha honra, mas respecto al honor y recalcando la dignidad es de lo que carece, dejar a su hijo en una torre, ¡en una torre! ¿Se hace llamar madre? No tendría que pagar el que su madre levantase las faldas en el peor de los momentos –ella permaneció en silencio, con una gran indignación, no podía reprocharle nada, sabía que tenía razón.

Al haber un silencio, decidió llamar a la puerta, provocando un salto en las dos personas que estaban en la habitación debido a la tensión acumulada. Después de otro silencio le dejaron pasar, entró despacio, algo inseguro y desconcertado, ¿le contarían ahora para qué le habrían sacado de la torre? Cuando pasó se sentó, mirando a ambos, esperando una respuesta, pero la situación era más delicada de la que creía. Miró fijamente al hombre, ¿no era el criado que le había dado la bienvenida? Le miró extrañado, ahora vestía como un noble.

-En efecto, no soy ningún criado, me llamo Dietrich y provengo de una familia muy importante de Austria, vuestra mad… –no terminó la palabra- bueno, la señora de la casa me habló del caso en cuestión y tras llegar a un acuerdo y a la vez necesidad de unir las dos familias, decidimos hablar también con usted –sonrió dejando que continuase ella.

-Necesitamos, en efecto que haya un matrimonio, y como consecuencia final, sois vosotros los implicados, a ninguna de las dos partes nos agrada –Dietrich contestó por lo bajo “y a mí el que menos” volviendo a mostrar su insolencia- pero no queda otra alternativa, así pues, serás libre en efecto tendrás libertad, con una condición claro está, tendrás que pasarte por mujer y casarte con Dietrich.

-Créame que no me agrada, ni mucho menos, esta conclusión ha sido tras casi meses de conversación y de tratos –volvió a sonreír.

Su cabeza no podía asumir tanta información ¿PASARSE POR UNA MUJER? ¡Y encima casarse con esa persona! ¡Un hombre! Sin embargo, esa era la condición para ser libre, no aguantaría si volviese a la torre, eso era lo último que quería, el precio era alto, pero la recompensa también, no tendría una libertad completa, pues se tendría que pasar por algo en mucha parte que no es, pero relacionarse, salir a la amplitud del campo… Era algo con lo que siempre había soñado, su vida pasaría de ser un sueño a ser real a tener consistencia, tendría que rechazar a otras cosas pero, merecería la pena, ¿sería así realmente? No estaba muy seguro si aquello merecería la pena…

-Acepto –dubitativo respondió, una respuesta tan rápida fue algo que les sorprendió, sin embargo Evelyn miró fijamente a Dietrich no miró en ningún momento a su madre, ella por su parte lo entendió y salió de la habitación.

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