miércoles, 9 de noviembre de 2011

Vampire Dreams: Cap 8.


Bueno hacía mucho que no actualizaba, que ya es normal en mí XDDD. Como sospechaba me estoy acercando bastante hasta donde tengo escrito, así que intentaré ponerme las pilas, aunque con los exámenes de evaluación cerca uf no sé, aprovecharé las noches. Espero que guste ^^.

-¿E-es que no puedo tener profesores que no sean de la familia? –ambos se sorprendieron, ¿dónde había ido a parar el lenguaje culto? Querían decírselo pero no pudieron- a la mierda la palabrería, estoy cansado por el maldito piano y ese estúpido paseo, y cansado de que todos mis profesores vayan a ser hermanastros o primos, ¿nunca tendréis en cuenta lo que siento? –tenía razón, y eso marcaba a su hermanastra, nadie en esa familia parecía haberle importado alguna vez lo que le pasaba o pasó, su hermana quiso ir tras él, pero Dietrich la paró.

 ----------------------------------------------------------------------------------------------------------

No era buena idea que fuese su hermana la que iría a consolarle, si ocurriese así, el pequeño terminaría explotando y eso no era bueno, miró por la ventana, estaba empezando a oscurecerse el cielo y eso no sería bueno, dejó a los mellizos a solas, tendrían que hablar de mucho mientras salía corriendo tras ese vampiro, si empezaba a anochecer, estaría más activo y eso no sería bueno, antes de que el moreno pudiese cerrar la puerta, el mayor consiguió pararla con el pie, ambos se miraron a los ojos, Evelyn accedió y le dejó entrar, cerrando la puerta tras de sí, después de cerrar la puerta se sentó en la cama, tapándose la cara con ambas manos, quería llorar, eran hermanos, y le miraban como si fuese un desconocido, ningún sentimiento en su mirada, al igual que su madre, ¿de verdad sería un monstruo? Las palabras del señor de la casa resonaban en su cabeza, y aunque se tapase los oídos, se seguían repitiendo, estaba llegando a su límite…

En ese momento le abrazaron, sabía perfectamente quién era, y aunque no confiase en él, parecía ser la única persona a la que le importaban sus sentimientos, le abrazó fuertemente, pero rápidamente le apartó, levantándose de golpe, algo en él iba mal, cada vez avanzaba más la noche, y en él algunas cosas estaban cambiando, Evelyn intentaba evitarle, pero no le dejaba en paz, finalmente entre tirones y empujones y sin saber lo que hacía, terminó encima de Dietrich, se estaba descontrolando pero, ese bastardo seguía tranquilo.

-Quiere morderme, más también quiere evitarlo, debo decirle que acostumbrado estoy a los vampiros, seré su marido y soy su prometido, si siente los deseos de morder a alguien, mi cuello es suyo, no es la primera vez que un vampiro me muerde –sin pensar en lo que hacía, finalmente se acercó a su cuello, mordiéndole con fuerza, haciendo rápidamente que la sangre recorriera el cuello del mayor.

Ahogó un grito mientras agarraba a Evelyn por los hombros, los mordiscos de vampiros siempre dolían por muy acostumbrado que estuviese, pero él intentaba ser amable, a pesar de necesitar sangre. Esa situación se repetiría constantemente, pero era en algo en lo que no pensaban ninguno de los dos, a pesar de estar sufriendo esa mordedura y notar la pérdida de sangre intentaba no gritar, agarró las sábanas para no asustar más al pequeño vampiro, empezaba a nublársele la vista, soltó las sábanas y dejó de contener los gritos, estaba a punto de desmallarse cuando por fin el más joven soltó su cuello, terminando de limpiarse la sangre con la mano para después lamerla. Definitivamente, su carácter cambiaba considerablemente cuando se hacía de noche, costoso se sentó en la cama, seguía mareado, para su sorpresa fue empujado contra la cama, el pequeño le mandó callar con un gesto tierno, haciendo que se tumbase en la cama, no podía ver con claridad lo que sucedía, lo poco que pudo divisar a continuación fue ver cómo Evelyn salía de la habitación, quería seguirle pero no estaba en las condiciones adecuadas para ello, no le quedó otro remedio que rendirse y dormir.

Al día siguiente, se despertó confuso incorporándose costoso en la cama, había sido un mordisco fuerte, se palpó el cuello y como esperaba todavía tenía las marcas de los colmillos del menor. Más tarde, no pudo evitar pensar en adónde habría ido después de eso, como su superior se enterase estaría perdido, se vistió preocupado rápidamente después se peinó y se hizo la coleta con prisas para buscar a ese maldito medio vampiro, si le pasaba cualquier cosa él estaría perdido, comenzó a buscar por toda la casa, no le encontraba y sus nervios iban en aumento, por mucho que preguntase al servicio, nadie sabía nada. Temiéndose lo peor, cogió su espada mientras las voces del resto de los familiares se escuchaban a lo lejos, fue directo hacia una de las habitaciones al sur. Era una habitación aparentemente pequeña, había pocos muebles y las paredes en blanco, también había una chimenea, que siempre permanecía apagada. Con la espada enfundada, corrió la aparente chimenea algo costoso dejándose ver un pasadizo que conducía hacia el interior, era oscuro así que cogió una de las antorchas y siguió descendiendo por el estrecho y oscura pasadizo. Cuando terminaron las escaleras la sala parecía ensancharse habiendo ataúdes vacíos a los lados, estaba claro el ligamiento a los vampiros que tenía esa familia, por eso precisamente aquella habitación estaba oculta.
 
El sonido de su respiración retumbaba por la sala, un silencio sepulcral inundaba la habitación. Nervioso y después de atravesar aquella sala, fue a abrir la puerta que estaba al final, sin embargo, desenfundó su espada, una persona normal no lo podría saber pero él sí, había alguien ahí, sus pasos eran cada vez más fuertes y decididos, como acto reflejo se apartó, se abrió la puerta y la otra persona no pudo hacer nada, en apenas un pestañeo, tenía la espada de Dietrich en el cuello, ambos hombres se miraron con gran asombro.