Hola!! Por fin actualicé jeje ^^UUla verdad esque em resulta un poco complicado seguir con esta historia, está tomando un rumbo muy extraño XDDDD, bueno espero que os guste :3, esta entrada es un poco más animada, espero que no resulte larga..
De la anterior entrada:
El sonido de su respiración retumbaba por la sala, un
silencio sepulcral inundaba la habitación. Nervioso y después de atravesar aquella
sala, fue a abrir la puerta que estaba al final, sin embargo, desenfundó su
espada, una persona normal no lo podría saber pero él sí, había alguien ahí,
sus pasos eran cada vez más fuertes y decididos, como acto reflejo se apartó,
se abrió la puerta y la otra persona no pudo hacer nada, en apenas un pestañeo,
tenía la espada de Dietrich en el cuello, ambos hombres se miraron con gran
asombro.
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-¿Qué diantres haces aquí? ¿Dónde está Evelyn? Aunque sea
vuestro hermano, no tiene el derecho de llevarlo a donde le plazca –enfundó la
espada al ver que era alguien conocido, dejando que se explicase.
-Por la noche, el joven debido a su naturaleza no podía
dormir, así que decidimos reanudar las clases de baile, hubo ya finalizadas, mi
hermana y yo, decidimos que tuviese encuentro con los suyos –a Dietrich se le
abrieron los ojos, incrédulo a tanta irresponsabilidad.
Le apartó con brusquedad, por fin dentro pensaba echarle la
charla al vampiro que se encontrase dentro sin embargo, esa melena castaña
larga, junto con esos ojos azules, su alto talle, y esa forma de vestir tan
elegante junto con esa seriedad, no podría ser otro que su actual jefe, ¿de qué
le conocía ese bastardo? Si se sabía que ese era su jefe estaría perdido,
tendría muchos problemas, ¿por qué diablos le habría llamado justo a él? Tenía
ganas de golpear a los mellizos, pero en ese momento no podía, miró a Evelyn,
estaba en frente a Bencastle, su jefe, mirándole con gran asombro, su presencia
se notaba, siempre desprendía mucha energía, haciendo notar su fuerza, por
parte de su jefe también miraba a Evelyn, pero su mirada era diferente a la del
menor, juraría que había, ¿ternura? ¿TERNURA?
-Evelyn, bonito nombre, joven –le cogió un mechón de pelo
con delicadeza- os advierto acerca de su seguridad y ruego que vigile sus
alrededores, este no es lugar seguro para vos, por eso pedí a Dietrich
protegerte, él aceptó sin más, no soportaría que alguien os hiciese daño, y en
tal caso, se lo haré pagar –se dispuso a salir, sin embargo, Evelyn le agarró.
-Os suplico señor, decidme aunque tan solo sea su nombre,
¿por qué tanto afán por protegerme y de qué? –le miró directo a los ojos sin
vacilar.
-Mi nombre, Bencastle, y créame en decirle que tengo más que
motivos para protegerle, nos veremos en varias ocasiones, confíe en Dietrich es
mi mano derecha, y ahora ambos debemos marcharnos… Dietrich saca de aquí a
todos.
Sin más le obedeció, sacándoles de allí, ninguno de los dos
sabía cuál era la relación entre aquél vampiro tan influyente y el rubio, cuando
los tres salieron y cerrando la puerta, el menor intentaba retroceder sin
entender la situación, no sabía por qué pero había algo en aquél vampiro que le
atraía, quería saber más acerca de él,
no sabía el motivo, pero el verle le había causado una gran impresión. Contrastando
con el pensamiento del menor, el rubio estaba furioso y eso era bastante
notable. En cuanto salieron del pasadizo y volvieron a la habitación, empujó
fuera de la misma a Evelyn, quedando su hermanastro y Dietrich solos en el
cuarto, el último cerró la habitación con llave y cogió al otro individuo del
cuello de la camisa dejándolo contra la pared.
-¿Se puede saber de qué demonios vas? –dijo apretando los
dientes, subiendo el puño.
-Vaya, que rastrero viniendo de alguien con sangre élfica,
creía que los elfos recurrían a métodos más civilizados.
-Jamás tendría educación con alguien tan rastrero como tú,
no te mereces ni siquiera la palabrería, al único que has tratado decentemente
es al bastardo de tu padre, mi tío murió por el motivo que tú ya sabes y tienes
la desfachatez de tratar así a tu madre y por si no se sumaran pocas cosas a tu
lista ¿tienes la poca vergüenza de presentarle a Bencastle Tepes? Lo mínimo
sería tener respeto por mí y por mi familia y ni siquiera lo tienes.
-No debería de respetar a monstruos como tú o como mi
“hermanastro” –recalcó con ironía la última palabra, causando que aquél chico
pacífico no dejase de propinarle puñetazos- ¡sigue comportándote como un
monstruo! –el escándalo empezó a hacerse notable y varias personas de la
familia golpeaban a la puerta.
-Aquí el único monstruo que hay eres tú, ni se te ocurra
meter tu jodida nariz en mis asuntos o en los de Evelyn ¿no somos monstruos?
PUES ALÉJATE Y PÚDRETE EN TU FAMILIA PERFECTA –salió de la habitación bajo la
sorpresa de todos, sin decir nada miró a un asustado Evelyn, salió de la casa
para coger su caballo e ir a un lugar, el cual solo él conocía.
A continuación el menor de la casa entró a la habitación,
mirando a su hermanastro con algo de incredulidad.
-¿Se puede saber qué demonios era toda esa conversación? Tú
también me ves como un monstruo, ¿verdad? ¿Qué pasó con su tío? Puede que sea
medio vampiro y que –se quedó pensativo, Dietrich es medio elfo, debería de
habérselo supuesto antes- Dietrich tenga
sangre élfica pero por encima de todo seguimos siendo humanos, si la familia de
él ha hecho tanto por ti deberías de estar agradecido y en cuanto a mí, ¡soy tu
hermanastro maldita sea! -se le humedecieron los ojos- Seguro que disfrutaste
de mi encierro, no puedo ni confiar en mi propio hermano, ¿acaso la pureza de
sangre está por encima de sentimientos tan fundamentales como el de la familia?
Dietrich tenía razón, solo puedo confiar en él, y al fin al cabo prefiero ser a
lo que llamas tú un monstruo a alguien que no sabe apreciar los sentimientos
–en ese momento apareció su hermanastra confusa, Evelyn le miró con desprecio
yendo en dirección a la biblioteca de la casa.
-Maldita sea, deja de hablar por ambos los únicos que están
en contra de Evelyn y Dietrich es padre y tú, pero ni madre ni yo queremos que
le pase nada, tú solo miras por la maldita pureza de sangre –se acercó a él-
¿Se puede saber en qué piensas?
-¿En serio miras por ese monstruo y quien deshonró a nuestra
familia? Deberías darle, hermanita mía, más importancia a la pureza de nuestra
sangre, no eres consciente de lo que conlleva –respondió con firmeza, a lo que
su hermana contentó con un bofetón y una mirada en la que bien se apreciaba el
odio que sentía por su hermano, después le dejó solo en la habitación.
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