sábado, 14 de enero de 2012

otra parada con las historias, lo siento u_u

Sé que así se le quitan las ganas de leer un blog a cualquiera, pero no tengo ánimos ara escribir. Estoy pasando por una mala racha, mi auotestima está por los suelos que se me ha juntado con otras cosas... Intento escribir, pero me veo incapaz, así que lo siento por esas pocas personas que leen mis entradas u.u

viernes, 6 de enero de 2012

Vampire Dreams: Cap 11.

Bueeno pues otra actualización, eso sí me tengo que poner las pilas para seguir escribiendo, malditos bloqueos >___<, tengo un serio bloqueo, no solo con esta historia sino con todas, me resulta muy complicado escribir, no tengo la autoestima muy alta, y en cuanto escribo dos palabras me deprimo pero lo iré mejorando ^^.

Como siempre espero que os guste y os pongo un trozo de la entrada anterior ^^

" [...] ese estudio era apropiado para alguien como Dietrich, un joven con sangre élfica y eso se reflejaba en la sala, que dejó a Evelyn anonadado, por la noche tenía un gran encanto, no solo porque a él le atrajese más la noche, sino porque también entraba la luz de la luna, y por el ventanal se podía ver un pequeño jardín apartado de todos los demás, era el único lugar que reflejaba algo cálido que había visto hasta entonces. Lentamente y bajo el permiso del artista, destapó alguno de los cuadros, comprobando que lo de él, definitivamente era la pintura. "

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-Es magnífico, no sabía que fuese tan buen artista –respondió el menor.
 
-Le enseñaré todos los cuadros y lugares que quiera, solo tenga paciencia y cuando quiera evadirse del mundo venga aquí –le puso una llave de la habitación en la mano- guárdela con cuidado, y cuando entre mire cuadros, libretas de dibujos o lo que usted quiera –continuaba diciéndole con voz suave, pero el menor se preguntaba si toda esa amabilidad sería de verdad u ordenada.
 
-Basta… -el mayor le miró sin entender- basta, basta por favor –seguía sin captar qué le sucedía- ¿Por qué me trata así? Su trato se contrapone al del resto, ¿es así de gentil por órdenes? Pues, si es así no necesito ese tipo de trato, respóndame con sinceridad, ¿cómo me ve usted? ¿Por qué es así?
 
-Debería ignorar toda palabra que le digan su padrastro y su hermano, tiene la verdad tan cerca que no la ve, es imposible que sea un monstruo, alguien tan gentil, bueno e inocente, es imposible que lo sea, esa es la realidad de su persona… Cada una de mis palabras son sinceras, y las pocas que no lo son, son por alguna broma, nunca me escuchará decirle algo malo –Evelyn permaneció sentado en la silla, mirándole conmovido.
 
-Así es cómo me debería ver la gente pero, ¿y lo que usted opina de mí? –era la parte más importante, iría a pasar en un futuro temprano gran parte de su tiempo con él, era muy importante que supiese eso.
 
-Puedo resumirlo en pocas palabras –quería contener las palabras que estaba a  punto decir pero no podía- me alegro de haber aceptado el compromiso, es la mejor persona para mí –en ese momento el menor agachó la cabeza.
 
Su corazón se estaba acelerando peligrosamente, no entendía por qué, pero sus mejillas, mejor dicho su cara estaban cada vez más colorada, en ese estado no podía mirarle a la cara. Y por si fuera poco para el joven, sus sentimientos eran contradictorios, quería huir pero a la vez tenerle más cerca, esos pensamientos le hicieron permanecer inmóvil en la silla, el único gesto que pudo hacer fue taparse la cara con las manos por la mirada atenta de su prometido que se acerba más por preocupación, cuanto más se acercaba hacia él, más nervioso y el corazón más se le aceleraba, le latía tan fuerte que casi le dolía, sin darse cuenta, estaba en frente suya, mirándole fijamente, él contempló su cabello rubio y sus labios, totalmente confuso y maldiciéndose incluso a sí mismo, le abrazó por el cuello para después besarle. El beso no se cortó, continuó sin pensar en las consecuencias o saber por qué lo hacían, solamente siguieron el impulso, Dietrich abrazó al menor por la cintura apoyándole contra la mesa, solo cuando el aire faltaba se separaron, dándose cuenta, que aunque fuera un instante, para ambos fue importante. Generaron muchas dudas en los dos.
Evelyn se levantó, dirigiéndose hacia la puerta, pero fue detenido por el mayor, estaba muerto de vergüenza, era consciente de que no tendría que haber hecho eso, ¡eran hombres!

-Espera –intentó escabullirse, pero Dietrich tenía mucha fuerza- y-yo no puedo explicar el suceso reciente, ni temas de sentimientos, tan confuso como usted me hayo, solo le ruego que no huya –el menor se giró para verle-  ambos al margen de toda norma estamos al igual que la comprensión de cualquier otro… ¿Un beso y nada más? ¿Acaso tan profundo que en el corazón ha llegado? Con sinceridad le digo, que no puedo decir nada… Solo le puedo decir, por favor, que sígame mirando como hasta ahora… Tengo grandes deseos de aclarar, aunque sea asuntos superficiales, tendré que ausentarme.
 
-¿No podrá comunicarse conmigo de alguna forma? Usted es lo único que realmente tengo. Las primeras 
muestras de cariño son de parte de usted… Me hayo demasiado confuso… -dijo con las voz entrecortada, sin poder mirarle siquiera.
 
-Está bien… -el mayor suspiró algo nervioso- le escribiré cartas, las recibirá por un mensajero. También deberá responderlas en el mismo día, tendrá que ser nuestro secreto. Las cartas estarán una por semana entre las rosas del jardín, al responder en ese mismo día déjela en el mismo sitio, tened fe de que os llegue por favor.
 
-Le daré un voto de confianza, prefiero no preguntarle el motivo de su ausencia, buenas noches, y tened cuidado –le miró serio, hubo ya respondido las buenas noches, salió de la sala, para ir directo a su habitación.
 
Dietrich suspiró quedándose en aquel cuarto, pensativo y preocupado por el joven, dejarle solo en esa casa con su hermanastro y su padrastro le daba miedo, sin embargo no podía desobedecer las órdenes de su jefe. Dejó una nota dirigida solamente a una persona de la casa, para asegurarse de que alguien desde dentro cuidara de él, después salió de la mansión, cogió su caballo y se fue hacia un lugar especialmente oscuro y apartado con abundante vegetación, entre uno de los árboles salió un hombre joven pocos años más que Dietrich, pelo negro corto, y con un flequillo corto haciéndose largo hacia el lado derecho de la cara, sus ojos eran grises como el acero de la misma altura que el elfo.