sábado, 4 de febrero de 2012

Vampire Dreams: Cap 12.


Bueno esto lo tenía escrito desde hace unas semanitas XD... Ya es casi hasta lo que tengo escrito, así que estaré un buen tiempo actualizando pooco a pooco... Espero que las pocas personas que lean esto (que yo sepa una, gracias Javi ;_;) les guste.. Esta parte es jugosa jujuju (?).

De la entrada enterior:

Dietrich suspiró quedándose en aquel cuarto, pensativo y preocupado por el joven, dejarle solo en esa casa con su hermanastro y su padrastro le daba miedo, sin embargo no podía desobedecer las órdenes de su jefe. Dejó una nota dirigida solamente a una persona de la casa, para asegurarse de que alguien desde dentro cuidara de él, después salió de la mansión, cogió su caballo y se fue hacia un lugar especialmente oscuro y apartado con abundante vegetación, entre uno de los árboles salió un hombre joven pocos años más que Dietrich, pelo negro corto, y con un flequillo corto haciéndose largo hacia el lado derecho de la cara, sus ojos eran grises como el acero de la misma altura que el elfo.

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-Llegas tarde, exijo explicaciones de por qué me has desobedecido en todo, primero decides aceptar y quieres marchar, cuando te dije explícitamente que no aceptaras encargos y tienes la osadía de llegar tarde –dijo bastante enfadado- debería saber lo desafortunado que es enfadarme….

-Quien me encargó la misión fue tu hermano, obligado estoy a obedecer sus órdenes, hay una persona en la casa que cuidará de Evelyn, creo que toma demasiadas medidas…

-NO SE ATREVA A CUESTIONARME, tratándose de Evelyn nunca son demasiadas medidas, quiero y te ordeno que cuides y vigiles de Evelyn, y ahora responde por qué has llegado tarde, contesta –sus ojos expresaban toda su ira y el rubio lo entendió.

-Hablando de asuntos privados con Evelyn –la mirada fue fulminante, una mirada semejante a la de Evelyn, y se trataba de un vampiro de notable influencia, hermano de su jefe Bencastle- qué relación mantiene usted con Evelyn, cuando su hermano vio a Evelyn en su rostro se notaba ternura pero no tanta para ser capaz de dejarle solo, sin embargo usted… Se toma mucho tiempo para protegerlo y si no recuerdo mal le describen como tan duro como el acero, reflejado en sus ojos y frío como el hielo en su trato con el mundo, ¿por qué se iba a tomar tantas medidas por un simple medio vampiro? Y si me permite, su mirada de odio y enfado, es idéntica a de Evelyn, ese pequeño…

-CÁLLATE, no tiene ni idea de lo que habla y menos en qué asuntos se está metiendo.

-¡Evelyn quiere saber quién es su padre! No tenga el descaro de exigir máxima protección cuando todos le abandonaron, dejándolo a su suerte, sé en qué asunto estoy metido, en un joven al que le han destrozado –respondió indignado y con un tono de voz bastante elevado.

-Es mejor que no sepa quién es su padre, ¿acaso piensa que a su padre le gustaría esa situación? Lo único que podemos hacer, es cuidar de él el tiempo que no hemos podido…

-¿No será mi señor, el padre de Evelyn? –el vampiro se sorprendió y sin responder desapareció de repente- cobarde… -dijo para sí mientras miraba alrededor, después cogió el caballo y regresó.

Regresó pronto por la mañana sin ser descubierto, sin embargo a los pocos minutos ya le llamaban con gran alboroto y todas las criadas corriendo hacia todos lados de la mansión.

-Por favor señor, venga conmigo el señorito está muy alterado, quizá usted consiga tranquilizarlo –solo pudo asentir mientras se dejaba conducir hasta la habitación de Evelyn, dieron unos pocos toques a la puerta mientras esperaban el consentimiento de pasar.

En la habitación se encontraba el más joven ya con la falda puesta y el corsé en el suelo y muy nervioso, todo estaba producido por una visita inesperada de un joven noble en busca de una dama bien hermosa acompañada de Dietrich, eso dio lugar a incontables rumores. Esa situación hacía entrar a Evelyn en estado de pánico, ¿realmente se lo creerían? Si se descubría la verdad sería el fin de toda la familia, eso le daba miedo, sin embargo las manos cálidas y firmes de Dietrich le tranquilizaban al coger las suyas. Evelyn respiró hondo pero pronto siguió dando vueltas por la habitación.

-¡Qué despropósito! Ir repentinamente a casa ajena para ver a “una linda muchacha” baboso impertinente, ¿qué se creen esos ricachones de la nobleza? ¿Qué con sus oros pueden camelar a las damas? Vile la cara y os puedo asegurar que solo faltarle el cubo para recoger sus babas –las criadas y su prometido quedaron petrificados en la habitación, estaba hablando igual que una mujer.

-No se preocupe, ahora mismo habla usted igual que una dama –decía Dietrich mientras se reía, finalmente el menor accedió a que le colocasen el corsé y el mayor salió de la habitación.