lunes, 30 de abril de 2012

Vampire Dreams: Cap 13.

Síiiiiiiiii por fin el cap 13 xD, últimamente tardo taanto en actualizar el blog porque no tengo tiempo TT______TT me falta poco para terminar el curso y no hay más que exámenes y además la primera semana de junio tengo los exámenes de selectividad así que uff... Escribo poquísimo y tengo muy poco tiempo libre pero bueno, durante este puente aprovecho para actualizar, espero que os guste este cap ^^. Es un poco sobre la vida cotidiana, un poco de relax para lo que se aproxima jaja.

Cap anterior: 

-¡Qué despropósito! Ir repentinamente a casa ajena para ver a “una linda muchacha” baboso impertinente, ¿qué se creen esos ricachones de la nobleza? ¿Qué con sus oros pueden camelar a las damas? Vile la cara y os puedo asegurar que solo faltarle el cubo para recoger sus babas –las criadas y su prometido quedaron petrificados en la habitación, estaba hablando igual que una mujer.

-No se preocupe, ahora mismo habla usted igual que una dama –decía Dietrich mientras se reía, finalmente el menor accedió a que le colocasen el corsé y el mayor salió de la habitación.




-----------------------------------------------------------------------------------------------------


Tras colocarle el corsé y peinarle adecuadamente quedaba elegir el vestido, optaron por uno con el cuello alto con botones hasta la zona del pecho y ajustado hasta la cintura el cual después caía de forma recta, era de manga larga al llegar a la muñeca la manga se ensanchaba con el borde de encaje. El color del vestido era un verde claro que contrastaba con su pelo negro recogido estaba vez con una coleta.  Por último quedaba el maquillaje, esta vez sería sencillo, le pusieron un poco de colorete, resaltaron las pestañas y por último un pintalabios de color suave.


Los prometidos bajaron juntos la escalera para recibir al joven que preguntaba por Evelyn y así conseguir espantarlo, sin embargo eso no funcionó. Los tres se miraron sorprendidos, Evelyn al verlo más de cerca se dio cuenta de que era un joven muy apuesto, de la misma estatura y edad que Dietrich, sin embargo este tenía el pelo corto de un rubio cobrizo, con el flequillo algo desordenado que le caía por los lados. La tez de su piel era bastante clara, lo que hacía resaltar más sus ojos oscuros. Llevaba un traje propio de una persona de la nobleza, además de una capa larga. Evelyn miraba a los dos, pensando en lo poco guapo que quedaba a su lado. El más joven se dio cuenta de la mirada tan poco amistosa entre su pretendiente y el otro joven, daba la sensación de que ya se conocían de antes, y no llevarse bien precisamente.


-Que descortés, ¿por qué no pasamos a sentarnos y mientras usted me dice su nombre? Dijéronme que usted señor, preguntó por mí –dijo Evelyn intentando romper la tensión del ambiente creada por un silencio incómodo.


-Oh disculpe señorita, que poca educación –respondió mientras le besaba la mano- mi nombre es Diederich, versión antigua de Dietrich –sonrió haciendo que el rubio cada vez se cabrease más, solo su presencia le cabreaba- la gente hablaba de una muchacha muy hermosa junto con Dietrich, debe saber que siempre se rodea de las damas más hermosas y veo que sigue siendo cierto.


-Que cosas me dice usted –se ría fingiendo sentirse alagada, pero en realidad quería vomitar- sin embargo, créame señor, que no volverá a rodearse de muchachas tan hermosas, no sería apropiado para una persona prometida, ¿no es cierto? –respondió algo incómodo, produciendo una sonrisa sincera mientras negaba con la cabeza en Dietrich.


El joven vampiro cada vez estaba más tenso, se sentía celoso al saber que tantas muchachas jóvenes y bellas querían pretender a su prometido, y ese sentimiento no tenía sentido, todo aquello era una farsa, sin embargo cada vez que le dedicaba una sonrisa sentía cómo se aceleraba su corazón. Una dama refinada, aunque no correspondiese al caballero tenía que escucharle pero por mucho que lo intentase no podía y más estando Dietrich sentado a su lado. El problema radicaba e que no había hecho de forma oficial su compromiso y él tendría que ausentarse durante días o semanas, estaba nervioso por lo que intentase hacer Diederich, cuanto más avanzaba la conversación más claras eran sus intenciones. Le repugnaba que le tocase las manos o el pelo.

-A usted se refieren siempre como un digno caballero, mas hoy no da esa impresión, reconozcamos que
esta dama aquí presente es inteligente, hermosa y con buen día hasta es muy dulce, cosa que compensa tres grandes peros y no por orden de gravedad, uno su carácter y el otro solo se sabe al conocerla bien –Evelyn le miró con indignación dándole un codazo- el tercero es que está prometida. A mi parecer, aunque usted sea conde no le da derecho a flirtear con ninguna dama que esté prometida, sería una deshonra para cualquiera –Dietrich realmente estaba cabreado, le costaba reconocerlo, pero estaba
celoso- No quisiera ser grosero, pero la señorita y yo debemos de encargarnos de muchos asuntos.

Después de una breve conversación, el conde se marchó y Evelyn empezó a reírse. El ambiente entre los dos cada vez era mejor, la complicidad entre ambos era notable.

Ambos pasarían por unas semanas duras, Dietrich se ausentaría y las clases de Evelyn para ser una señorita estaban a punto de comenzar, sin embargo no se imaginaban lo que se complicarían sus vidas al cabo de esas semanas.