viernes, 29 de julio de 2011

Vampire Dreams: Cap 3.

 Bueno pues otro trocito de Vampire Dreams hehe <3, seguiré actualizando esto, espero no llegar hasta donde tenga escrito xDDUUU...  Espero que les guste este otro trozo, no sé tenog mis dudas sobre esta historia, cuanto más escribo, más tengo la sensación de que va empeorando....

 Lo último de la anterior entrada:

-Acepto –dubitativo respondió, una respuesta tan rápida fue algo que les sorprendió, sin embargo Evelyn miró fijamente a Dietrich no miró en ningún momento a su madre, ella por su parte lo entendió y salió de la habitación.


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El mayor le miró sin entender, rechazar a su identidad era algo a lo que no podía aceptar a perder tan fácilmente, era lo esencial en una persona, aceptar casarse con alguien a quien ni siquiera conocía era, más siendo un hombre, era algo a lo que no podía aceptar tan rápido, él tardó meses en aceptar dicho acuerdo, sin embargo, la mirada de ese chico era desconcertante, era evidente que el encierro en aquella torre le había marcado muy seriamente, el pequeño clavó la mirada en el rubio, que por su parte, le resultaba escalofriante, ni siquiera le miraba, ¿qué le sucedía? Se acercó para que reaccionara, pero antes de poder hacer nada el moreno se abalanzó sobre él, tirándole al suelo, ni siquiera esos ojos azules del mayor pudieron evitar que se calmara, la coleta que llevaba empezó a enredarse, el menor era demasiado fuerte, no podía con él, su mirada empezaba a cambiar, y mientras le sujetaba, clavó sus colmillos en su cuello, chupando sangre del mayor, el cual gritó de dolor mientras intentaba quitárselo de encima. No comprendía nada, ¿qué demonios le pasaba por su cabeza? Veía como su propia sangre corría también por su cuello, empezó a llamarle entre gritos de dolor, intentaba que reaccionase y surgió efecto. Se levantó, quedando todavía encima de él, se limpió la sangre, su gesto volvía a cambiar, no sabía ni él mismo lo que había hecho, había sido un impulso, una necesidad.


El mayor se incorporó lo que pudo, quería gritarle, golpearle, pero además de no ser apropiado, no podía recriminarle nada, ni siquiera el agresor sabía lo que había pasado, veía sus torpes gestos y cómo intentaba hablar y pedir disculpas, pero el miedo le invadía.


-¿Hace cuánto no toma sangres? –Para su sorpresa el moreno le miró sin comprender- la luz del sol le hace daño, tiene una gran fuerza míreme, soy más alto que usted y tengo más músculo, ha necesitado beber sangre, un impulso irracional, eres medio vampiro… Y necesitas de un tipo de sangre para controlar esos instintos, sangre del tipo que yo tengo, por eso decidieron casarnos, cumplían con dos temas preocupantes… -se puso una de sus manos en el cuello- Y dime, ¿por qué ha aceptado sin casi dudar?


-Una persona que sonríe tan noblemente no puede ser mala persona, sin embargo señor, el mayor motivo es mi ansia de libertad, rechazar a una parte de mí a cambio de la libertad, es un precio justo… -se levantó, dándole la espalda, estaba avergonzado- Para conocernos más, tengo catorce años, me llamo Evelyn y carezco de apellido…


-Ya sabe usted mi nombre, mi apellido no importa y tengo veintiún años.
¿Veintiún años? Había una clara diferencia de edad, pero bien mirado era un joven apuesto mejor fingir con alguien que es joven y guapo y no con alguien entrado en años, dentro de lo negativo había algo bueno, sus cabellos eran rubios, claros y largos, tenía los ojos azules y era alto, no solo ocupaba más que él por su altura, sino también por su corpulencia, no es que fuese excesiva, pero era algo notoria y siempre tenía una sonrisa amable. El marido que querría cualquier mujer iba a ser suyo, curiosidades de la vida, pasarse por una mujer, toda aquella pantomima, para él, era algo divertido, de estar encerrado en una torre a codearse con la alta nobleza y burguesía, pasándose por mujer, ¡y con marido! Era un cambio que le entretendría, pero tenía otras limitaciones añadidas, él ya se imaginaba su condición de vampiro, pero que alguien se lo mencionase le impactó, daba pistas también de quién sería su padre, nunca se lo había replanteado, había visto y sabía quién era su madre, pero de su padre nunca había oído hablar, ¿sabría siquiera de su existencia?

En otro impulso abrazó al mayor, siempre había estado solo, ahora a pesar de que se rodearía de gente seguiría estando solo, quizás a la única persona que tendría a su lado realmente sería a él, las palabras que había dicho antes a su madre, esas palabras crueles pero a la vez ciertas habían significado mucho para él, estaba de su lado, la primera vez en su vida que alguien le apoyaba, pero al morderle será consciente de que le tendría miedo, sin embargo a pesar de ese miedo le correspondió el abrazo, acariciándole el pelo, el menor, apoyó su cabeza en el hombro de Dietrich, no pudo contener sus lágrimas, las cuales pasaban por sus mejillas y después mojaban el hombro del más alto, que por su parte siguió acariciándole, era un niño al fin y al cabo asustado, por muy vampiro que fuese, seguía siendo humano y había sufrido demasiado, no solo por el hecho horripilante de estar encerrado en una torre, sino por saber que en sus catorce años de vida, esa sería la primera muestra de afecto, ni siquiera tenía apellidos, su propia madre había renegado de él, y su padre ni siquiera aparecía, todo por la honra y el honor que iba ligado a las clases altas, odiaba eso, con todas sus fuerzas,  decían que los vampiros eran crueles y carecían de humanidad, pero quienes más crueldad denotaban eran los humanos al ni siquiera darles una oportunidad, esa historia bien la sabía, no era al primer vampiro que conocía. Pero todos estos pensamientos se vieron interrumpidos al abrirse la puerta de manera violenta.


-¿Qué diablos hace él aquí? –Entró un hombre también alto, con el cabello corto y castaño y ojos oscuros, el señor de casa- No deberías estar aquí –se acercó y cogió a Evelyn del pelo, alejándolo de Dietrich- estarás bajo mi órdenes, ni siquiera tendrías que ser liberado, más consideración hacia vuestra madre –le dijo gritando.


-SUÉLTEME –gritó intentando soltarse- ¡Madre mía sería si reconociérame! –respondió entre gritos.


-Los monstruos como tú, no deberían tener libertad, ni siquiera derecho de existir –Le agarró más fuerte del pelo, apretando los dientes y diciéndole al oído.


-Debería de considerar esa palabra señor, ¿sabe vos de mi condición, según ese criterio, de monstruo? Más, este monstruo se casará con ese chico, al pasarse por mujer, de amor carezco hacia él, pero sí siento respeto, y como futuro marido, le ruego que le suelte para evitar una disputa –dijo firmemente acercándose al señor de la casa, con mirada desafiante, sus palabras surtieron efecto y le soltó- VÁYASE Y NO LE VUELVA A PONER LA MANO ENCIMA, no es una sugerencia es una orden –al venir varios criados se marchó, siempre había odiado a ese hombre, y ahora con más razón, era consciente de que tendría que proteger a Evelyn de más cosas de las que pensaba, se acercó a él- ¿Está bien mi señora? –remarcando la última palabra con esa sonrisa tan noble, Evelyn asintió indignado propinándole una patada.

-Le ruego, que guarde un respeto, solo tráteme como mujer en el caso de que estemos en público, y si me disculpa, tengo que empezar con, mis lecciones para señorita, y haga el favor de no volver ni a reír ni sonreí –salió de la habitación acompañado de un criado, mientras el que sería su futuro marido, miró por la ventana, cogió sus cosas evitando al personal y sin dar explicaciones, cogió un caballo y salió a toda prisa, asegurándose de que nadie le seguía.

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