Bueno, vuelvo a actualizar como no de la historia de siempre, hace algunas semanas que no escribo, tengo un bloqueo la verdad, la primera vez con esta historia, espero salir del bloqueo pronto XDUU ....
Cualquier cosa, si leen esto comentar e incluso se aceptan críticas por favor ;_;
PD: creo que es una entrada un poco larga, disculpad XDUU
-¡Basta! Le ruego mi señor que no propicie ese tipo de comentarios –respondió con seriedad, para sorpresa de todos, su mujer- id por sitios con sombra, y que Evelyn lleve sombrilla, mañana retomaremos el tema cuando regresen del paseo.
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Después de la reunión todos se retiraron a sus habitaciones,
Evelyn evitó a su prometido, que intentó hablar con él, sin embargo el menor le
cerró la puerta en las narices, no quería hablar con él, en general con nadie,
mañana le esperaría un día duro y su primer día como mujer.
Efectivamente, pronto por la mañana entraron en su habitación,
corriendo las cortinas y escuchándose el escándalo de fuera, provocando que se
despertara dando un salto, se tapó con las sábanas al haber tanto sol, se
retorció debajo de la ellas mientras cada vez había más ajetreo y gente
hablando y llamándole, no quería saber nada, solo quería descansar volvieron a
correr las cortinas y a continuación, le quitaron las sábanas haciendo que
gritase de rabia mientras se sentaba y veía como la gente entraba y salía
constantemente de la habitación, finalmente permanecieron en la habitación la
madre de su prometido y un modisto. Cuando hubo a preguntar qué pasaba, ya era
tarde, el modisto cerró la puerta. Comprendió que era la parte de las medidas y
las elecciones de vestidos y lo que más miedo le daba, los corsés, miró todo
aquello horrorizado. El modisto le comenzó a hablar, sacándole de sus
pensamientos, comprendió que se tenía que quitar la camisa, miró a la mujer
presente, que se había dado la vuelta para no mirar, le empezó a tomar medidas
de todas partes, ¿para qué tantas medidas? Después de volver a ponerse la
camisa y quedarse petrificado, se quitó el pantalón quedando en ropa interior y
preocupándose de que aquella otra persona no mirase, se sonrojó un poco y
cuando terminaron de tomarle las medidas y de vestirse, avisaron a la mujer que
miró detenidamente las medidas, comenzaron a hablar por lo bajo mirándole de
reojo sin que comprendiese nada.
Salieron, dejándole solo en el cuarto, echándose las manos a
la cabeza, lo peor empezaba en ese momento. Al cabo de poco tiempo, trajeron
diversos vestidos y lo que sería su peor pesadilla, corsés y lo que parecía más
extraño, una especie de ropa interior femenina a lo que se negó en rotundo,
después de mirar varios vestidos y mirarle a él, decidieron coger uno con tonos
azules y cremas, de manga corta, algo de encaje y volante, acompañados de una
gargantilla, por su parte miró horrorizado el vestido, era demasiado cursi para
ponerse eso, sin embargo tuvo que aceptar, el resto eran peores, a continuación
cogieron un corsé y algo que le resultó extraño, para parecer que tenía pechos,
inconscientemente le entró la risa, pero no sabía si de lo surrealista de la
situación o del miedo que le daba.
Tras forcejeos y gritos, ya se encontraba con aquello
puesto, no podía parar de mirarlo, ¿pechos? Estaba contra la pared, esperando a
que apretaran el corsé, cuando empezaron a apretarlo, no pudo evitar gritar
bastante fuerte de rabia y dolor, afuera empezaron a asustarse hasta escuchar
toda clase de improperios referidos a la vestimenta femenina, a fuera algo
inquieto espera Dietrich, quien solo veía mucho ajetreo. Después de los gritos
y de la falta de aire, se sentó para acostumbrarse, a continuación por encima
de la ropa interior masculina, le colocaron la femenina, ya que era más larga y
le tapada más, uno de los últimos pasos era colocarle el vestido, le miraron
con atención el cambio era evidente y el vestido le sentaba como un guante,
para terminar, le comenzaron a maquillar de manera que los ojos pareciesen más
amplios, sus pestañas más largas y colorete en las mejillas, comenzó a toser y
revolverse, cada vez le convencía todo aquello menos, por último, le miraron el
pelo, se decantaron por rizárselo y dejársele todo a un lado, el flequillo le
dejaron tal y como estaba, finalmente le dieron los últimos retoques.
Permanecieron de pie, sin apenas creerse que fuera la misma persona, Evelyn por
su parte se levantó y se miró al espejo, gritó asustado, apenas se reconocía al
espejo. Le convencieron para que saliese, abrieron la puerta y Dietrich ya estaba impaciente, hasta que se abrió la
puerta y pocos segundos después, cuando por fin pudo verle, se quedó perplejo,
no le reconocía, le miró de arriba abajo ¿de verdad era Evelyn?
-Santo Dios, pareces
una mujer de verdad, ¡y guapísima! Es una lástima que no seas en realidad una
mujer… -bajo la mirada de su madre, carraspeó y fingió ser un caballero- ¿me
acompaña bella dama? –comentó riéndose.
-Claro –le respondió pisándole con fuerza, haciendo que le
mirase con odio- que despiste –sonrió, cogiendo la sombrilla que le ofrecieron
para evitar algo el sol.
A continuación, salieron de la propiedad, caminando por primera vez para él, por los alrededores,
era extraño, pero había muchos lugares con sombras y la sombrilla también
ayudaba. Tal y como pensaban en cuanto se toparon con personas ya empezaban a
comentar por lo bajo y mirarles, la situación era incómoda para ambos, iban a
paso lento, por la razón de que Evelyn no podía caminar más deprisa, era una
situación embarazosa.
-No me esperaba tal cambio, vos lucís realmente bella, en
los bailes os tendré que vigilar, muchas damas os envidiarán, ¿qué tal vuestra
experiencia como mujer? –comentaba con una sonrisa, sosteniéndole el brazo como
un caballero.
-Debéis saber que tantos halagos no son de mi agrado, y como
se esperaría cualquier varón, es extraño y embarazoso, por no decir incómodo,
pero lo más incómodo de todo es, que el prometido haga escapadas nocturnas y
sea un desconsiderado –dijo con firmeza pero disimulando con una sonrisa
mientras se tapaba la boca con la mano, como haría cualquier señorita.
-Confíe en mí, si le digo que de ninguna perversión se
trata, son cuestiones de mi trabajo, nada más puedo comentarle, acostúmbrese y
en especial a mi persona, pues desde el cariño, mi dama, le trato de esta forma
–causó una risa irónica en el menor que miró a otro lado incrédulo- Aunque no
lo crea y por su bien, debe confiar en mí, y en nadie más, este no es mundo seguro
para usted, demasiados secretos, conflictos y demases asuntos que no me están
permitidos mencionar –le besó la mano, continuando en parte con el disimulado,
haciendo que las mejillas del moreno se marcasen todavía más por su sonrojo.
Me encanta como vas encaminando la historia, mi unica crítica es que no actualices más a menudo :P
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